Monday 16 November 2009

Trabajo

Por las mañanas observo muchos rostros tristes, de hombres y mujeres que van en su automóvil, o en autobús, o a pie, con la mirada perdida, hoscos, igual que si fueran a una cárcel.
Creo saber la causa de su expresión adusta.
Van al trabajo, y su trabajo no les gusta.
Son esclavos, por tanto, galeotes o forzados que por dinero venden parte de su vida.
Jamás he sido bueno para dar consejos —y menos aún para seguirlos—, pero a mis hijos les haré una recomendación: “Procuren ganarse la vida haciendo lo que les gusta. Así nunca tendrán que trabajar”. Yo he trabajado, pero jamás he trabajado. Quiero decir que siempre he hecho lo que me gusta.
Soy un privilegiado.
Porque es muy feo eso de tener que ganarte la vida a costa de tu vida.



No comments:

Post a Comment