Monday 9 November 2009

Llanto alegre


Hoy volví a llorar, hacía mucho que no lo hacía, pero creo que Tata Dios pensó que sería oportuno hacer un “soul wash” al P-lón. He llorado muchísimas veces, lloré como un niño, lloré como un hombre, simplemente lloré, llore lo suficiente, por muerte, por olvido, por despedida, por amistad, de alegría, y por no poder parar de reír, y alguna vez por nada. Ayer mi Suegra me hizo llorar, ya que hemos estado inmiscuidos en la vorágine de readaptación familiar por la inminente separación matrimonial de la hermana de mi esposa, yo, he tratado de ayudar en la medida de lo posible, y he brindado mi apoyo porque es mi deber apoyar a mi familia en las buenas y en las malas. Pues ayer después de un excelente cebiche que preparó acá su servilleta (por cierto estaba exquisito), me dio una carta que transcribo textualmente:
P-lón
A ti también te escribimos unas líneas desde lo más profundo del corazón.
Agradeciéndote todo lo que has hecho por nuestra hija Vane, demostrando el gran amor que le tienes a Ivonne y a tus hijos. Y quiero decirte que eres como el hijo que no tuvimos, y decirte también que es muy reconfortante el calor de una familia y muy estimulante el amor.
Eso es lo que siempre le inculcamos a nuestras hijas, que nacieron del amor, quienes llegaron a ser mujeres de bien, y quiero que sepas que en nosotros cuentas incondicionalmente para lo que sea.
Tus Suegros
Pregunta: ¿qué habré hecho bueno, que Tata Dios me sigue dando regalos como este? Grande es su misericordia, ya que sin yo merecerlo, me sigue regalando.
Suegros, saben que están en mi corazón, porque son gente buena, y jamás podré agradecerles el haber engendrado a quien hoy es mi esposa.



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