Hoy por la mañana ví por la televisión un reportaje que me ha dejado un gran sabor de boca, se trata de la creación de pinturas que en verdad son una obra de arte, la particularidad de estos artistas es que todos tienen síndrome de down, es ¡S O R P R E N D E N T E!
Yo, aunque quisiera y me esforzara en ello, no podría ser capaz de producir siquiera una obra medianamente regular, esto me indica que hay llamados vocacionales, como sucede (o debería suceder) con el sacerdocio o la medicina, independientemente de las limitaciones físicas o intelectuales, cuando se trae ese extra que no es dado a los demás, es cuando surgen los grandes exponentes.
Es plausible la labor que realiza la Fundación John Langdon Down, en todos los aspectos, desde la educación elemental, hasta los talleres bien sustentados en donde se pueden especializar en el área que dominen. Una felicitación calurosa a todos estos grandes artistas, reciban desde aquí un amplio reconocimiento.
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