Friday 28 August 2009

Y ¿qué come el Presidente?


Entre influenza, narcotrafico, crisis económica y desempleo generalizado, las familias más pobres de México han tenido que comenzar a comer comida (croquetas) de perro para poder alimentarse. Esto es realmente una verdadera desgracia, la esperanza de comer simples frijolitos, chile y tortillas es un lujo, ahora los más pobres tienen que comer comida para perro… si pensabas que los pueblos más pobres vivían en la India o en África pues es hora de abrir los ojos y tan solo ver por tu ventana. Les sirve de base para elaborar caldos: El senador Carlos Lozano de la Torre reveló ayer que la pobreza alimentaria en México es tan creciente que hay datos que acreditan un repentino aumento en la demanda de alimento para perro en los almacenes de autoservicio en el país. Eso obedece a que la gente está adquiriendo el producto como medio de subsistencia y nutrición ante el incremento desmedido de alimentos básicos. Con su magro poder adquisitivo cientos de familias están recurriendo a las croquetas para hacer base de caldos sabedores que los concentrados del alimento canino llevan nutrientes que resultan ser mucho más económicos que productos de la canasta básica convertida hoy en arcón de lujo. En ese sentido, expuso que tan sólo en los dos primeros años de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa la pobreza alimentaria nacional aumentó 35.4 por ciento hasta abarcar a 19.5 millones de habitantes y la gran amenaza de llevar a la alza alimentos como la tortilla significaría la inclusión de algunos millones más a esa clasificación. No es posible, dijo, que mientras el gobierno ha evidenciado una franca deficiencia en la labor recaudatoria y de previsión ante la pérdida de ingresos tan importantes como la producción petrolera, ahora pretenda tapar el enorme boquete económico quitándole a los que menos tienen lo poco que aún pueden obtener para vivir. Esto mientras en los primeros treinta meses del actual gobierno federal, es decir, de diciembre de 2006 a junio de 2009 la inflación de precios al consumidor fue de 11.94 por ciento en tanto la carestía de los alimentos fue de 20.49 por ciento, de acuerdo a datos del Banco de México. Por productos específicos el alza fue de 39.08 en el precio del maíz, de 74 por ciento en el del arroz, de 56.31 por ciento en el de aceites y grasas comestibles y de 40.90 por ciento en el de pan de caja, lo que sugiere que la carestía doméstica de alimentos es un buen negocio para los importadores de alimentos. El senador priista fue claro al señalar que frente a la necesidad alimentaria del pueblo no caben reducciones a subsidios por lo que la autoridad tendrá que recurrir a todo, incluso al endeudamiento, antes que mover el subsidio a la tortilla, por ejemplo, considerada como base en la alimentación del pueblo.

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