"Mayaguéz" (escrito mal a propósito)

Hoy por la mañana al ver el noticiero local, no pude menos que sonreír, al darme cuenta de cuanta ignorancia existe en las personas que pretenden gobernarnos, y para acabarla de fregar la falta de cultura existente y prevalente en los comunicadores.

Específicamente me refiero al candidato por la Alianza PRI-PVEM a la gubernatura del estado de Puebla, de apellido Zavala, este tipo tiene pendones, lonas, anuncios espectaculares, bardas, y propaganda de campaña por toda la ciudad, y algo que hay que reconocerle es que se arregló un poquito, quiero decir que gracias al photoshop podemos verle sin arrugas, sin la boca babeante que acostumbra, sin esas marcas de paño, que oscurecen su ya de por sí muy moreno rostro, quiero decir que se sigue viendo horrible, pero no tanto como en realidad es. En la entrevista que le hacían, mencionaba que va a dar unos préstamos, sin aval (eso quisiera verlo) y sin garantías a las mujeres, para que así puedan “accesar” a mejores oportunidades, por el amor de Dios, este personaje que ni siquiera sabe hablar, ¿nos va a gobernar? No le veo algo bueno por ningún lado, que alguien le informe que no existe tal verbo, tal vez quería decir “acceder” que sería lo correcto en este caso. Y el jitomatazo no es contra el PRI, es contra el sistema, que se ha burlado de nosotros, el pueblo, las veces que ha querido, pero la gente está cansada, muestras hay muchas, ayer lincharon a una persona, haciéndose justicia por mano propia, no es que esté de acuerdo en eso, nada más alejado de la realidad, pero como dijo Alcuino de York (no, no es jamón tipo York, aunque el paralelismo es interesante) “La voz del pueblo, es la voz de Dios”, aunque retomando la ignorancia, tanto de estos salvajes como de los que siguen pretendiendo gobernar, aunque saben las enormes lagunas en preparación y capacidad que poseen, siento que el siguiente enunciado de Séneca les vendría como anillo al dedo. “El valor de las opiniones se ha de computar por el peso, no por el número de las almas. Los ignorantes, por ser muchos, no dejan de ser ignorantes. ¿Qué acierto, pues, se puede esperar de sus resoluciones?”

La peccata minuta del comunicador fue que dijo Mayaguéz, en lugar de Mayagüez, los diéresis le valieron gorro. Ni cómo ayudarlo.