Thursday, 8 July 2010

El sabor de la vida

El sabor de la vida, no importa a quién le preguntes... ¿te dará un sabor diferente? Todo depende de la forma de vivir del hombre, pero ¿dónde está el verdadero sabor de la vida?

Cuando el hombre se mira en el espejo ve los ojos aburridos de un pobre hombre, de una pobre mujer, cuando te miras al espejo quieres cambiar el color de tu cabello o quieres cambiar tu nariz.

Para conocer la vida simplemente hay que vivir; la vida es vivir, la vida no es un objeto, la vida es un proceso.
La vida es un néctar que hay que aprender a saborear.

No hay forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, saboreándolo todo con ella.

Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, ten por seguro que te perderás en luchas y discordias intelectuales.

El intelecto no puede reconocer lo que es la vida.

El intelecto no puede conocer el sabor de la vida y su significado.

La vida no te está esperando en ninguna parte, la vida es algo que te sucede, está viva y te muestra los misterios de estar vivo.

La vida no se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón.

Cualquier cosa que seas, es tu vida. Si te pones a buscar significados en otra parte, te perderás la oportunidad de conocer el sabor de la vida.

Un espejo mágico no te puede mostrar lo que es la vida.
Una clave mágica no te puede mostrar lo que es la vida.

La vida se puede vivir de tres formas:

La forma de abajo, donde tus pasiones y debilidades te encadenan;
la ira, el odio, los celos, aquí eres esclavo de los sentidos, del placer, de las emociones, de los demás, no sabes para dónde vas, esta es la forma del esclavo.

La segunda es la forma del aprendiz, donde decides conocer quién eres, donde te haces el propósito de conocer tu razón de ser, de ir más allá de tus limitaciones.

Aquí reconoces la necesidad de ir más allá del ego.
Aquí necesitas ser valiente y dejar atrás lo antiguo, lo que has cultivado por miles de años, y atreverte a ser un ser humano real, totalmente nuevo.

La tercera forma de vivir es la más difícil, porque es la forma del hombre despierto, y muy pocos conocen lo que es la iluminación.

Para el despertar necesitas haber comprobado que verdaderamente quieres ser nuevo, y no ha sido fácil, has escalado muchas montañas sin ningún reconocimiento, y sólo cuando has aprendido a darlo todo sin esperar nada, en ese instante llega la iluminación.

El sabor de la vida se puede conocer de estas tres formas, pero necesitas estar muy atento, muy alerta, necesitas conocer los secretos de tu interior, las maravillas de tu corazón.

Si deseas conocer el sabor de tu vida, arriésgate a vivir sin conflictos, sin orgullo y verás como ese mismo sabor te enseña a vivir en medio de un mundo duro, difícil y violento.

Al conocer el verdadero sabor de tu vida, podrás disfrutar lo que otros no pueden ver por falta de ojos claros, por falta de mente clara, por falta de un corazón puro.




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