Artículo del periodista Álvaro Cueva, al que pude echarle el ojo gracias a mi amigo Ernesto.
El artículo no tiene desperdicio, lo comparto con mis 4 lectores.
Alguien le debería pedir a Felipe Calderón que retirara los spots de su cuarto Informe de gobierno. Son un insulto para el pueblo de México.
No puede ser que llevemos 28 mil 353 ejecuciones, cuatro ataques con coche bomba (en menos de dos meses), y que la ONU, la OEA y hasta la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos nos traigan entre ceja y ceja, y que el señor nos quiera vender la idea de que ya salimos de la crisis.
Es querernos ver la cara, y tan lo es que mientras su informe está plagado de optimismo y esperanza, en el mundo real su declaración más positiva ha sido que habrá más violencia.
¿A quién se le ocurrió convertir el Informe presidencial en una campaña de spots? ¿Puede haber algo más asqueroso en este momento histórico que una campaña de spots?
La radio y la televisión están saturados de spots de enemil campañas, de todos los orígenes, de todos los colores.
Si no son “Pepe y Toño” es el PAN afirmando que “no se trata de izquierda ni de derecha”, los diputados, los senadores, los gobernadores, los de los otros partidos políticos, el Bicentenario, la obesidad, Vive México, Salma Hayek.
En medio de todo esto, que es como para volverse loco, ¡zaz!, que aparece Felipe Calderón muy contento enseñándonos el Salón de Recepciones de Palacio Nacional como edecán de supermercado.
¿Y todo para qué? Para decirnos que su administración ha fortalecido a México, que su periodo es ya el sexenio de la infraestructura y que se han creado un montón de empleos en lo que va del año.
¿Eso es lo que usted quiere escuchar de él? ¿Se parece a las cosas que le preocupan día con día? ¿Viene al caso con lo que sale en las noticias todas las noches?
Es horrible porque es como si nos quisiera lavar el cerebro, como si nos quisiera engañar.
¿Para qué queremos un Informe de gobierno en estos términos si hasta Estados Unidos le acaba de pedir a sus diplomáticos que saquen a sus hijos de Monterrey, que es una de las mejores ciudades de nuestra nación? ¡Cómo estarán las peores!
No sé usted, pero yo, que crecí mirando megainformes de gobierno, ya no los quiero ver ni en cadena nacional, ni en spots ni de ninguna manera. Quiero ver resultados y los resultados no se presumen. Se notan.
Felipe Calderón, en lugar de andar posando para las cámaras, debería explicarnos por qué hasta ahora se le ocurrió tomar medidas contra el lavado de dinero y por qué está pasando todo lo que usted y yo estamos viendo en los medios alrededor del caso San Fernando.
¿Por qué se filtró la identidad del único sobreviviente? ¿Dónde están los investigadores desaparecidos? ¿Qué gana el crimen organizado con esta nota?
Ojalá me equivoque, pero si existe gente experta en matar, es ésa. ¿A usted no se le hace demasiada casualidad que a estos señores se les haya ido uno vivo y que ese sobreviviente haya avanzado, herido de gravedad, más de 20 kilómetros para avisarle a la Marina?
Aquí hay alguien que nos está tratando de decir algo y no sólo eso, lo quiere decir a escala mundial, que el escándalo recorra los cinco continentes. ¿Por qué? ¿Para qué?
¿A quién le interesa un Informe de gobierno cuando hechos como los de Tamaulipas están diseñados para tener repercusiones inmediatas en la economía, la política y la sociedad?
Igual, yo no creo que el atentado que acaban de sufrir las instalaciones de Televisa Ciudad Victoria sea algo ajeno a toda esta campaña de terror.
Estamos en guerra y en tiempos de guerra, la reglas cambian. Que cambie, al menos, la del Informe de gobierno porque, una vez más, está saliendo contraproducente.
En el spot donde Felipe Calderón da cuentas de lo que ha hecho en materia de seguridad, por ejemplo, ¿sabe lo que dice? Nada.
En lugar de informar, de mostrar resultados o de sacar sondeos callejeros con gente feliz, como los que saca cuando habla de otros temas, se avienta un discurso motivacional que insiste en que todo esto vale la pena y en que la lucha contra la delincuencia requiere de la suma de esfuerzos.
Eso no es informar, eso no es ofrecer cuentas, es distorsión.
Mejor no hubiera incluido ese spot en la lista, mejor no hubiera hecho nada, mejor hubiera ahorrado todo ese dinero y lo hubiera invertido en las cosas que a usted y a mí realmente nos preocupan, nos angustian. ¿A poco no?
¡Atrévase a opinar!
No puede ser que llevemos 28 mil 353 ejecuciones, cuatro ataques con coche bomba (en menos de dos meses), y que la ONU, la OEA y hasta la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos nos traigan entre ceja y ceja, y que el señor nos quiera vender la idea de que ya salimos de la crisis.
Es querernos ver la cara, y tan lo es que mientras su informe está plagado de optimismo y esperanza, en el mundo real su declaración más positiva ha sido que habrá más violencia.
¿A quién se le ocurrió convertir el Informe presidencial en una campaña de spots? ¿Puede haber algo más asqueroso en este momento histórico que una campaña de spots?
La radio y la televisión están saturados de spots de enemil campañas, de todos los orígenes, de todos los colores.
Si no son “Pepe y Toño” es el PAN afirmando que “no se trata de izquierda ni de derecha”, los diputados, los senadores, los gobernadores, los de los otros partidos políticos, el Bicentenario, la obesidad, Vive México, Salma Hayek.
En medio de todo esto, que es como para volverse loco, ¡zaz!, que aparece Felipe Calderón muy contento enseñándonos el Salón de Recepciones de Palacio Nacional como edecán de supermercado.
¿Y todo para qué? Para decirnos que su administración ha fortalecido a México, que su periodo es ya el sexenio de la infraestructura y que se han creado un montón de empleos en lo que va del año.
¿Eso es lo que usted quiere escuchar de él? ¿Se parece a las cosas que le preocupan día con día? ¿Viene al caso con lo que sale en las noticias todas las noches?
Es horrible porque es como si nos quisiera lavar el cerebro, como si nos quisiera engañar.
¿Para qué queremos un Informe de gobierno en estos términos si hasta Estados Unidos le acaba de pedir a sus diplomáticos que saquen a sus hijos de Monterrey, que es una de las mejores ciudades de nuestra nación? ¡Cómo estarán las peores!
No sé usted, pero yo, que crecí mirando megainformes de gobierno, ya no los quiero ver ni en cadena nacional, ni en spots ni de ninguna manera. Quiero ver resultados y los resultados no se presumen. Se notan.
Felipe Calderón, en lugar de andar posando para las cámaras, debería explicarnos por qué hasta ahora se le ocurrió tomar medidas contra el lavado de dinero y por qué está pasando todo lo que usted y yo estamos viendo en los medios alrededor del caso San Fernando.
¿Por qué se filtró la identidad del único sobreviviente? ¿Dónde están los investigadores desaparecidos? ¿Qué gana el crimen organizado con esta nota?
Ojalá me equivoque, pero si existe gente experta en matar, es ésa. ¿A usted no se le hace demasiada casualidad que a estos señores se les haya ido uno vivo y que ese sobreviviente haya avanzado, herido de gravedad, más de 20 kilómetros para avisarle a la Marina?
Aquí hay alguien que nos está tratando de decir algo y no sólo eso, lo quiere decir a escala mundial, que el escándalo recorra los cinco continentes. ¿Por qué? ¿Para qué?
¿A quién le interesa un Informe de gobierno cuando hechos como los de Tamaulipas están diseñados para tener repercusiones inmediatas en la economía, la política y la sociedad?
Igual, yo no creo que el atentado que acaban de sufrir las instalaciones de Televisa Ciudad Victoria sea algo ajeno a toda esta campaña de terror.
Estamos en guerra y en tiempos de guerra, la reglas cambian. Que cambie, al menos, la del Informe de gobierno porque, una vez más, está saliendo contraproducente.
En el spot donde Felipe Calderón da cuentas de lo que ha hecho en materia de seguridad, por ejemplo, ¿sabe lo que dice? Nada.
En lugar de informar, de mostrar resultados o de sacar sondeos callejeros con gente feliz, como los que saca cuando habla de otros temas, se avienta un discurso motivacional que insiste en que todo esto vale la pena y en que la lucha contra la delincuencia requiere de la suma de esfuerzos.
Eso no es informar, eso no es ofrecer cuentas, es distorsión.
Mejor no hubiera incluido ese spot en la lista, mejor no hubiera hecho nada, mejor hubiera ahorrado todo ese dinero y lo hubiera invertido en las cosas que a usted y a mí realmente nos preocupan, nos angustian. ¿A poco no?
¡Atrévase a opinar!
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